miércoles, 29 de julio de 2009

Asalto al tren Pelham 1 2 3


La situación del Hollywood actual puede llegar a ser alarmante. Los guiones originales escasean, y de las continuas adaptaciones de novelas se pasa a trasladar cómics, videojuegos e incluso juguetes a la gran pantalla. No podemos olvidar los remakes, nuevas versiones de otras películas en su gran mayoría completamente innecesarios. En la lista de remakes en proyecto se encontraba Pelham 1 2 3, gran película de 1974 (basada a su vez en una novela de John Godey) en la que un teniente de la policía del metro neoyorkino debe hacer frente al secuestro de un vagón lleno de rehenes.

La película se convirtió en un referente en el cine de acción y policíaco por contar con una trama absorbente, las interpretaciones de Walter Matthau como el tenaz teniente Garber y de Robert Shaw como el disciplinado líder de los secuestradores y detalles como que los asaltantes al tren fueran unos desconocidos que respondían a los nombres de Mr. Blue, Mr. Green, Mr. Brown y Mr. Grey (que más tarde Tarantino tomaría para Reservoir Dogs).

Aunque no tenía mucha confianza en este remake, mi sorpresa no pudo ser mayor al entrar en el cine.



La versión de Tony Scott de Pelham 1 2 3 resulta una película ágil y sumamente entretenida, que cuenta con una dirección videoclipera adecuada para que el ritmo de la acción no decaiga, una banda sonora que contribuye a mantener la tensión e incluso con originales títulos de crédito entrando en escena como si de vagones de metro se trata.

Sin embargo, el mayor atractivo de la película se encuentra en los actores. En la piel del protagonista tenemos a un Denzel Washington entrado en kilos (actorazo que trabajó anteriormente con Tony Scott en Deja Vu o El Fuego de la Venganza y con su hermano Ridley en la genial American Gangster) en la piel de un hombre sencillo, padre de familia trabajador que busca la redención por errores cometidos en el pasado y que debe hacer frente a una situación que le viene demasiado grande. Como contrapunto tenemos a un inspirado John Travolta como el histriónico líder de los secuestradores, cuyos motivos iremos conociendo a medida que avanza la acción. Así, la elección de esta pareja resulta todo un acierto, pues sobre ellos recae la tensión de la película y con sus diálogos por radio y posterior encuentro mantienen un vínculo de lo más interesante. Por si esto no fuera poco, secundarios de la talla de John Turturro o James Gandolfini respaldan al dúo Washington/Travolta.

Obviamente, la película guarda sus diferencias con la versión de 1974 (sobre todo en el tramo final y su resolución), pero también incluye aciertos como las mencionadas relaciones de los protagonistas, la explicación del nombre del tren o la inclusión de elementos como el terrorismo e Internet para actualizar la historia, además del guiño al llamar Walter Garber al personaje de Washington.



Así, la nueva revisión de Pelham 1 2 3 respeta el espíritu original y resulta una lección de entretenimiento puro y audaz en estas fechas en las que cada vez es más complicado encontrar títulos como éste.

jueves, 23 de julio de 2009

Expandido por la red

En su año y medio de existencia, el humilde blog What's the rumpus? ha tenido ocasión no sólo de aumentar el número de entradas y temas tratados, sino también de entrar en contacto con otros blogs más que recomendables y poder colaborar en ellos.

Uno de los primeros en que pude participar fue en el asombroso universo de Las Entidades, quienes han aceptado con agradecimiento mis colaboraciones hasta el punto de dedicarme una sección propia y dos dibujillos mostrados con anterioridad por aquí. No sólo eso, sino que a pesar del año tan particular que han vivido, sus autores han tenido el detalle de obsequiarme con otro de sus dibujillos, en esta ocasión "The Goddamn Cap".



Relacionado con el cine he tenido ocasión de colaborar en Welcome to the suck, de aparecer más de una vez en El mundo de Ángel (con la reciente reseña de la más que recomendable Ed Wood) y de encargarme de dos secciones en +Que Comics, Próximamente en los mejores cines y De la viñeta al celuloide, que tratan sobre novedades y futuros proyectos y adaptaciones del cómic a la gran pantalla, respectivamente.

También he realizado alguna aparición por el blog de Ultimate Y en calidad de invitado, he entrado a formar parte del recién creado Mundo Cinefilia, cedí pósters a Cinemaspop y debo agradecer las menciones y premios de los distinguidos Mia y Mr. Shhh. Cualquier otra petición en alguno de estos blogs o en otro será recibida con ilusión y gratitud.

Para terminar, la versión que todos esperamos de los G.I. Joe, como los bailones que son y no con tantos efectos especiales como la venidera adaptación de Stephen Sommers.


sábado, 18 de julio de 2009

Harry Potter y el misterio del príncipe


En 2001 el conocido joven mago creado por la escritora J.K.Rowling dio el salto definitivo a la gran pantalla, llevándose consigo todo el mundo de hechicería y fantasía que le rodea. El impacto que causó la primera parte de Harry Potter fue de tal magnitud que se acordó de inmediato trasladar la saga completa al cine, dando de paso la oportunidad de seguir su ejemplo a otras novelas de temática similar.

Las dos primeras partes de Harry Potter, dirigidas por Chris Columbus, tenían el tono familiar adecuado para presentar la historia y universo en que se desenvolverían los personajes. Después llegó Alfonso Cuarón con los oscuros dementores en la que unos cuantos consideran la más destacable entrega de la saga. Hasta este momento se mantenían ciertos rasgos comunes en las tres entregas, las cuales además contaban con la presencia de importantes actores británicos como Richard Harris, Maggie Smith, Alan Rickman, Kenneth Branagh, Gary Oldman, Michael Gambon o Timothy Spall; pero a partir de entonces el nivel no haría sino decaer.

La cuarta parte de Mike Newell y la quinta de David Yates presentan la historia de los libros de la forma más simple posible, omitiendo multitud de detalles y con el único propósito de crear en los espectadores la costumbre de acudir al cine a ver las aventuras de Harry, Ron y Hermione cada dos años. Tras el retraso de su estreno desde las pasadas Navidades hasta este verano, el resultado de Harry Potter y el misterio del príncipe deja mucho que desear.

En el sexto libro del aprendiz de mago se sientan las bases del inminente final de la saga, apareciendo multitud de detalles que en el posterior y último volumen encajan a la perfección con todo lo sucedido y ayudan a enlazar los cabos sueltos desde el mismísimo principio. Una pena, pues en la película poco o nada queda del espíritu del libro. A lo largo de dos horas y media, que se hacen más largas de lo habitual, se nos presenta una historia que puede resultar confusa al abarcar numerosos sucesos de modo apresurado, los cuales al final no llevan a ninguna parte, con el desfile de multitud de personajes que entran en escena para hacer poco más que soltar un par de frases.



De este modo, el misterio del príncipe mestizo al que hace referencia del título se deja de lado y pasa a ser meramente anecdótico, pues la película se centra más en las relaciones amorosas de los personajes (que no conducen a buen puerto) y todos los momentos cómicos que originan. Así, no sólo se obvian detalles del libro (lo cual es comprensible en cualquier adaptación), sino que se eliminan partes tan importantes en el posterior desarrollo de la trama como el origen del anillo y los otros Horrocruxes o la batalla final y se inventan otras nuevas como el incendio de dos casas emblemáticas en la saga y el principio de la película en la cafetería del metro londinense (definitvamente el Harry que conocemos no actuaría así).

La dirección de David Yates, al igual que en la entrega anterior, sigue resultando un tanto automática, si bien presenta destreza en ciertas escenas como la cueva de la parte final (en la que se despliegan los medios que tenía a su servicio, con los inferi-Gollum). Llama la atención la completa pérdida de la conocida banda sonora compuesta por el simpar John Williams para las primeras películas, que ahora es sustituida por temas más insulsos; si bien la dirección artística sigue dando la talla en la recreación de ambientes y escenarios con marcadas tonalidades verdes y oscuras.



En cuanto a los actores, nos encontramos con el trío protagonista cumpliendo con lo esperado (que según pasa el tiempo continúan creciendo hasta el punto de tener que ser reducidos digitalmente en ciertas escenas) y siguen apareciendo secundarios de la talla de Rickman, Warwick Davis, Timothy Spall o Helena Bonham Carter, aunque sólo sea de forma anecdótica y no tengan ocasión de lucirse con sus personajes.

Con esta sexta entrega de Harry Potter han complicado mucho el final de la saga por la falta de multitud de detalles necesarios en el desarrollo de la trama, si bien los responsables aún tienen oportunidad de enmendar sus errores con las dos partes en que dividirá la última y decisiva película, Harry Potter y las reliquias de la muerte.

miércoles, 8 de julio de 2009

Perdidos: ¿Qué yace en la sombra de la estatua?

*Este post puede revelar detalles sobre la 5ª temporada de Perdidos.

Con anterioridad en este blog hemos hablado sobre el impacto que causa la serie Perdidos, en la que auténticos genios del entretenimiento como JJ Abrams o Michael Giacchino despliegan su arsenal para hacerse con una legión de fieles seguidores que no pueden dejar de pensar en los misterios que surgen en cada capítulo.

Después de que la 4ª temporada se viera afectada en parte por la huelga de guionistas, los responsables de Perdidos decidieron terminar la serie en otras dos temporadas más en las que se dedicarían a resolver las incógnitas planteadas que forman el mundo de la Isla, los supervivientes del vuelo 815 de Oceanic Airlines, Los Otros o del mismísimo Jacob y su enemigo.



De esta forma, la 5ª temporada comienza con un planteamiento atípico, con los supervivientes divididos en varios grupos: aquellos que abandonaron la Isla y los que se quedaron y se enfrentan a viajes en el espacio-tiempo. La serie tarda en asentarse y encontrar su ritmo, pero una vez lo hace aprovecha la ocasión para mostrarnos el funcionamiento de la Iniciativa Dharma (cuyo nombre se ha ganado un hueco en el mundo de la ciencia ficción) con personajes como Horace o el Dr. Chang, conocidos por flashbacks y vídeos en temporadas anteriores; y cede el protagonismo a Sawyer, quien demuestra ser un personaje muy flexible y mejor líder que Jack.

Durante la temporada, la serie se adentra definitivamente y sin retorno en el terreno de la ciencia ficción, con conceptos tan diferenciados como los viajes en el tiempo, el templo subterráneo, el asunto de la bomba de hidrógeno, la forma en que vuelven a la Isla o todo lo relacionado con la estatua egipcia. No por ello la serie olvida a sus personajes únicos en busca de redención, por lo que también hay ocasión para momentos tan memorables como el reencuentro con Walt, el origen y desenlace de Charlotte, la historia de Miles o las breves pero intensas apariciones de Desmond y Penny.

Una vez llega el final, más que las respuestas prometidas nos encontramos con más preguntas y misterios por resolver: Ilana y su grupo, la estatua, la situación de John Locke o el destino de los viajeros en el tiempo. Aún así, está claro que en la serie nadie va a explicar todos los sucesos con claridad, sino que podremos ir comprobando cómo todos los detalles aparecidos desde la primera temporada están relacionados entre sí, desde la identidad de Jacob hasta la presencia de la Roca Negra, pasando por los elementos egipcios; por lo que con total seguridad el esperado final de la serie no dejará indiferente a nadie.


domingo, 5 de julio de 2009

Still Walking (Aruitemo, Aruitemo)

En la última película del director Horizaku Kore-eda, Still Walking (cuyo título original sería Caminando, Caminando) , se nos presenta la historia de una familia japonesa que se reúne en una fecha señalada, surgiendo numerosos problemas de convivencia entre sus miembros relacionados con conflictos pasados.

Con un ritmo pausado y haciendo uso de importantes silencios y ágiles diálogos poco a poco se nos presentan los personajes y sus diferentes puntos de vista: una madre que no duda en decir lo que piensa aunque hiera a los demás, un padre malhumorado obsesionado con su antigua profesión y Ryo, el hijo menor que debe hacer frente a lo que los demás opinen de él y seguir su propio camino. De este modo en la película se plantean los conceptos japoneses sobre el honor de la familia, el trabajo, el deber y los hijos, que se ven sometidos a constantes cambios para adaptarse al estilo de vida actual. Al mismo tiempo que avanza la película y vamos conociendo más información sobre los personajes también descubrimos más detalles sobre la muerte hace tiempo del hijo mayor de la familia, Junpei, que provocó la gran mayoría de los conflictos que se plantean.

A una dirección muy hábil, que centra la atención justo donde la historia lo necesita para su comprensión, y a unas convincentes interpretaciones hay que sumar una adecuada banda sonora para la ocasión. Resulta también llamativo que la acción se desarrolle en un sólo día, que la familia pase la mayor parte del tiempo comiendo todo tipo de platos que hacen que el hambre invada al público o que en los propios créditos se incluya a los espectadores como uno más de los personajes.



Una película curiosa, aunque lenta, que lanza una mirada sincera al mundo de tradiciones que envuelve a las familias japonesas.