lunes, 28 de febrero de 2011

Oscar 2010: Ceremonia real

Llegó el esperado momento y la pasada madrugada se celebró la 83ª edición de los Oscar, en la cual la Academia de cine de Hollywood premió lo mejor del las películas de 2010, de acuerdo con sus criterios, claro.
 
Ni dos presentadores de lujo como Anne Hathaway y James Franco (brillante en 127 Horas) ni sorpresas como la presencia de los legendarios Kirk Douglas y Eli Wallach o discursos emotivos consiguieron dar ritmo a la gala, que avanzaba despacio por los cortes publicitarios sin permitir siquiera que los números musicales resaltasen.


Los intérpretes recibieron los galardones previstos, de modo que Colin Firth, Christian Bale, Natalie Portman y Melissa Leo vieron premiadas sus interpretaciones (cada una rica en su estilo) y trayectorias en el cine. El resto de estatuillas estuvieron bastante repartidas: la Alicia de Tim Burton se hizo con los correspondientes a dirección artística y vestuario; Toy Story 3 con los de animación y canción (Randy Newman lo merecía con la cantidad de memorables bandas sonoras que ha compuesto); Origen ganó en las categorías de fotografía (¿y Roger Deakins qué?), efectos especiales, edición y mezcla de sonido mientras que La red social hizo lo propio con la banda sonora, la edición y un merecidísmo guión adaptado para Aaron Sorkin.
La pareja presentadora
Eso sí, el triunfo de El discurso del rey en las categorías de película, guión original y dirección me pareció exagerado. Como comenté hace un tiempo, la considero una película humana, con un claro mensaje de superación personal ante las adversidades, sencilla en las formas y con agudos diálogos, muy recomendable como representante de la tradición del cine británico. Aun así, creo más merecedores de un galardón de estas características otros de los títulos nominados y, en cuanto al guión original, prefiero el firmado por Nolan para Origen, con el que construye su propio mundo para luego desarrollar una historia trepidante poblada por personajes atormentados. 

El resultado del premio a mejor director sí que me pareció absurdo: Tom Hooper opta por una puesta en escena casi teatral, muy sencilla aunque interesante a la hora de reflejar las posiciones enfrentadas de los personajes en los planos que ocupan; pero desde luego considero más dignos de alabanzas el esfuerzo de coordinación de Nolan en Origen y sobre todo la labor de David Fincher en La red social, quien además de narrarnos una historia fragmentada tiene una trayectoria asombrosa como cineasta (innovaciones formales incluidas). 

La superación en la monarquía frente a la deshumanización en las redes sociales
Como es habitual, estos premios nunca agradan a todos. De ello puede dar fe True Grit, que con 10 merecidas nominaciones ha tenido la misma suerte que las fantásticas El color púrpura y Gangs of New York al irse sin premio alguno. Para consultar la lista completa de los premiados, click aquí.

Con el fin de los Oscar podemos dar por terminada la temporada cinematográfica correspondiente a 2010, así que ahora esperamos un aluvión de estrenos propios de 2011, muchos de ellos inspirados en interesantes propuestas de ciencia ficción (The Adjustment Bureau, Source Code, Limitless) y otros basados en conocidos superhéroes (Thor, Capitán América, X-Men: First Class). ¿Cuáles son los que más esperáis?

viernes, 25 de febrero de 2011

Temporada de premios

Con la ceremonia de los codiciados Oscar que se celebra este domingo termina la temporada de premios para las películas estrenadas a lo largo de 2010.

Personalmente, la actual es una de las ediciones de los Oscar que más he disfrutado, ya sea por los interesantes títulos estrenados o por las distintas nominaciones, acerca de las cuales expresaré mi opinión a continuación.

Nina se prepara para recibir su premio
Mejor Película: Entre las nominadas se encuentras películas que me han fascinado, como Toy Story 3, Origen, 127 Horas, True Grit y La red social, además de otras propuestas recomendables como El discurso del rey, The Fighter y Cisne negro. Todavía no he visto Winter's Bone ni Los chicos están bien, pero creo que la cinta de David Fincher se merece el galardón por distintos motivos (profundidad, trasfondo social...), aunque la sencillez de El discurso del rey sea una dura competidora. En cuanto a las ausentes, se echan en falta alguna nominación más para The Town o Shutter Island.

Mejor Director: Luchan por el premio técnicas tan distintas como el empleo de la steady-cam de Darren Aronofsky en Cisne negro, el toque clásico de los hermanos Coen, la mezcla de documental con televisión de David O. Russell y el ritmo pausado de Tom Hooper. Espero que Fincher sea reconocido por su labor y trayectoria, pero deberían haber nominado a Ben Affleck por el ejercicio de estilo que hace en The Town y me parece una ofensa que no hayan nominado a Christopher Nolan por el enorme esfuerzo de planificación y coordinación que supone Origen.

Actor principal: Todo apunta a que Colin Firth se llevará la estatuilla con su retrato humano del rey tartamudo, premiando también su dilatada trayectoria. Aun así, Jeff Bridges demuestra lo grandísimo actor que es con su Rooster Cogburn (por si alguien lo dudaba a estas alturas), Jesse Eisenberg sorprende con el frío Mark Zuckerberg y James Franco brilla con luz propia al ser capaz de aguantar él sólo el peso de 127 Horas (me gustaría que le premiasen, pero parece poco viable).

Actriz principal: De entre las nominadas, sólo he tenido ocasión de ver a la favorita, Natalie Portman en Cisne negro, película en la que la joven actriz compone a una protagonista obsesa e insegura a quien acompañamos en su desintegración física y psicológica (lo cual recuerda al mítico Robert De Niro en Toro Salvaje, salvando las distancias).

Actor de reparto: El galardón está muy reñido entre el carisma de Geoffrey Rush y la transformación de Chritsian Bale. Me alegro por la presencia del escalofriante Jeremy Renner y echo en falta a Matt Damon por True Grit y a Andrew Garfield por La red social.

Actriz de reparto: Igual de disputado entre Amy Adams, Melissa Leo (The Fighter) y Helena Bonham Carter (El discurso del rey). Eso sí, Hailee Steinfeld debería haber sido nominada en la categoría de actriz principal por la fuerza de su papel protagonista en True Grit.

Guión: en la categoría de original el premio debería reconocer el trabajo de Christopher Nolan en Origen (aunque seguramente sea para El discurso del rey), mientras que en la de adaptado es difícil elegir entre los nominados, tal vez Aaron Sorkin lo merezca por la complejidad de La red social y su brillante carrera como escritor.

Otras categorías: me gustaría que fueran reconocidos la banda sonora de Hans Zimmer para Origen ( una pena que Carter Burwell no esté nominado), la fotografía de Roger Deakins en True Grit, el montaje de La red social o de 127 horas y, por supuesto, el trabajo de los estudios Pixar tanto en largo como en cortometraje de animación.
¿Que no habéis nominado mi película?
En fin, casi todos los aspirantes a las estatuillas merecen estas nominaciones como reconocimiento a su trabajo, aunque será más difícil estar de acuerdo con los resultados de la gala del domingo. Por lo menos, los espectadores podemos disfrutar de unas cuantas películas interesantes de calidad.

domingo, 20 de febrero de 2011

True Grit (Valor de Ley)

Después de robar y asesinar a Frank Ross a sangre fría, el impío Tom Chaney huye sin que nadie lo persiga. Pero no por mucho tiempo. Con sólo catorce años, la decidida y testaruda Mattie Ross emprende un arriesgado viaje en busca del forajido, para lo cual contará con la ayuda del borracho alguacil Rooster Cogburn y del ranger de Texas LaBoeuf, adentrándose juntos en el peligroso territorio indio. Es  la hora de la venganza.

Desde su publicación en 1968, True Grit, de Charles Portis, se ha convertido en una de las novelas populares más apreciadas en Estados Unidos, hasta el punto de que figura en los programas escolares junto a Las aventuras de Huckleberry Finn. Aunque esta conmovedora historia ya fue adaptada al cine por Henry Hathaway con John Wayne de protagonista, los hermanos Coen la tomaron como base para su western definitivo, obteniendo sus mejores cifras en taquilla hasta la fecha y numerosos reconocimientos por su labor.

La nueva versión de True Grit es una película cuidada en todos los aspectos que, con la premisa de la captura de un forajido, nos adentra en el viaje iniciático de la joven Mattie Ross en el cruel mundo de los adultos. A pesar de tratarse de una adaptación de la novela original, Ethan y Joel Coen tienen ocasión de aportar su sello personal al conjunto: con excepción de la protagonista, los personajes actúan movidos por el dinero y son más patéticos de lo que aparentan, además de que el paisaje cobra especial relevancia.


Los Coen optan por un estilo de tintes clásicos a la hora de dirigir, además de encargarse de la producción (con la intervención de Steven Spielberg como productor ejecutivo), el guión y la edición de su nueva película. Para esta ocasión vuelven a contar con la preciosa fotografía de Roger Deakins (quien se merece un Oscar con semejante trayectoria) y la prodigiosa banda sonora de Carter Burwell, capaz de añadir una nueva dimensión a lo que sucede en pantalla.



True Grit supone el descubrimiento de una nueva niña prodigio: Hailee Steinfeld, cuya interpretación de la protagonista deslumbra por la fuerza que transmite al personaje. La acompañan Jeff Bridges, con un Rooster Cogburn que guarda ciertas similitudes con el protagonista de Crazy Heart; un estupendo Matt Damon y las breves pero contundentes apariciones de Josh Brolin y Barry Pepper, actor de pequeños papeles a quien tener en cuenta por la intensidad que les aporta.


Lo único que se le puede reprochar a esta nueva versión de True Grit es el epílogo, el cual rompe con el tono que mantenía la historia hasta el momento y no añade nada en absoluto.
 
True Grit atrapa a los espectadores, sumergiéndolos en el lejano Oeste. De este modo, pasa a formar parte de los westerns de calidad estrenados en los últimos años, como El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, Appaloosa o El tren de las 3:10, cada una magnífica en su estilo.


La venganza está servida.

jueves, 17 de febrero de 2011

The Fighter: Lucha contra las cuerdas

Basada en hechos reales, The Fighter nos cuenta el la lucha por la superación personal de Micky Ward, boxeador de Lowell que llegó a convertirse en campeón mundial de los pesos ligeros, sobreponiéndose a la fuerte influencia que ejercían sobre él su madre y su hermano Dicky Eklund, ex-campeón adicto al crack.

 
En un principio, Darren Aronofsky estaba dispuesto a dirigir esta película tras el éxito de la magnífica The Wrestler, pero cuando se le presentó la posibilidad de encargarse de Black Swan decidió dejar el proyecto del boxeador en manos de David O. Russell, dedicándose él a labores de producción. De este modo, O. Russell filma una historia de superación personal que le ha valido nominaciones a múltiples premios, mezclando técnicas propias del mundo del documental (en las discusiones familiares) o de la televisión (en los combates). Su trabajo, el montaje y una banda sonora repleta de temas de grupos de rock tan emblemáticos como The Rolling Stones, Led Zeppelin, Red Hot Chili Peppers o Aerosmith dan ritmo a esta entretenida película, sin llegar al nivel de ruptura formal planteado por Martin Scorsese en la grandiosa Toro Salvaje.


El empleo de historias de boxeadores como reflejo de la lucha por la superación personal de los personajes es una de las analogías más recurrentes del cine. De hecho, el argumento de The Fighter resultará familiar para los espectadores, pues es muy similar al de la conocida Rocky: un hombre de complicada situación social peleará por su sueño (con la inestimable ayuda de su novia) e intentará convertirse en una leyenda del boxeo.  En el caso de The Fighter, lo más interesante es cómo el protagonista es oprimido por el ambiente (un barrio trabajador deprimido de origen irlandés) y por su familia, especialmente por una madre autoritaria que ejerce de mánager y por la sombra de su hermano, envuelto en una espiral de autodestrucción.



Estos personajes dan a los actores la oportunidad de ofrecernos grandes interpretaciones. Mark Wahlberg puede ser capaz de los personajes más insípidos (El incidente) o de actuaciones más inspiradas cuando está en las manos adecuadas (como en Infiltrados o en el título que hoy nos ocupa). Le acompañan unas espléndidas Amy Adams y Melissa Leo, incluso el verdadero Mickey O'Keefe se interpreta a sí mismo como entrenador de Ward, pero el que más destaca es un consumido Christian Bale con su retrato de Dicky Eklund: un personaje retorcido e irresponsable con su hermano que termina robando las escenas en que aparece. Sencillamente estupendo en su papel.


Puede que lo que cuenta The Fighter nos suene a otras historias ya vistas, pero aun así consigue entretener y mostrarnos el talento de un reparto entregado.
*Aprovecho la ocasión para enlazar el artículo titulado Entre el cine y la televisión, que publiqué en el blog Welcome to the Suck: Choose Life con motivo de su quinto aniversario, en el que hablo de las tendencias de los grandes estudios de cine frente a las producciones para la pequeña pantalla.

lunes, 14 de febrero de 2011

¿El fin de los Vengadores?



Después de 16 números, llegó la hora de despedir a Los Vengadores Oscuros, colección que arrancó con el final del evento Marvel conocido como Invasión Secreta y que dio un paso más en el concepto de los Thunderbolts: un grupo de villanos que se hacían pasar por héroes y hasta eran reconocidos como tales.

La serie arrancó con mucha fuerza, presentándonos a los inestables miembros del equipo, sus debilidades y los conflictos a los que deberían enfrentarse con tal de satisfacer a su jefe, el manipulador y recuperado Norman  Osborn. 

El guionista Brian Michael Bendis comenzó a descubrirnos el potencial del grupo en los primeros 6 números, para luego dar paso al aburrido cruce con la Patrulla X en Utopía X (saga que no aportó nada en absoluto) y después retomar la colección con fuerza. Lamentablemente, esto no duró demasiado, pues el tramo final se centró en El Vigía, un cruce entre Superman y el Dr. Manhattan con profundos trastornos de personalidad. De esta forma, el resto de personajes quedaron un tanto desdibujados y Los Vengadores Oscuros se enfrentaron a su inevitable final en la saga Asedio.

Mike Deodato, encargado del apartado gráfico, también cumplió aportando el toque oscuro y retorcido que necesita una serie protagonizada por villanos. Una pena que en los números finales emplease demasiados retoques digitales en su dibujo, ya que el acabado de sus páginas terminó resintiéndose.





















Con Los Vengadores Oscuros finaliza el período conocido como Reinado Oscuro en La Casa de las Ideas. Ahora llega la Edad Heroica, una especie de vuelta a los orígenes que pretende recuperar el tono superheroico, tal vez con la adaptación a la gran pantalla de Los Vengadores en mente. Enmarcadas dentro de esta etapa nos encontramos dos nuevas colecciones.

La primera se titula simplemente Los Vengadores y en ella se reúnen buena parte de los personajes más representativos de Marvel con el propio Bendis y el legendario John Romita Jr. al frente del equipo creativo. Por otra parte, Los Vengadores Secretos cuentan con el mencionado Mike Deodato en el apartado gráfico y Ed Brubaker en el guión para contarnos las misiones a las que se enfrenta el grupo de operaciones encubiertas liderado por Steve Rogers, el Capitán América original (si tenemos en cuenta las estupendas tramas de espionaje hilvanadas por Brubaker en la colección del héroe de las barras y las estrellas, ya podemos prepararnos).

Ambas apuntan alto, así que esperemos que con estas dos propuestas de la Edad Heroica podamos gritar a gusto ¡Vengadores, Reuníos!

jueves, 10 de febrero de 2011

127 Horas: El triunfo de un sueño

Basada en la historia real de Aron Ralston, 127 Horas nos cuenta la traumática experiencia que vivió este joven excursionista estadounidense al quedar atrapado cinco días en un cañón de Utah, en medio de ninguna parte, cuando una roca se desprendió repentinamente y atrapó su antebrazo derecho, obligándole a enfrentarse a un clima adverso,  la escasez de agua y alimentos, una movilidad reducida y al peor de sus enemigos: él mismo.

Aunque tenga títulos curiosos en su filmografía, por regla general no suelo congeniar demasiado con el estilo de dirección inquieta y montaje acelerado del británico Danny Boyle. Sin ir más lejos, me pareció una exageración que hace dos años su película Slumdog Millionaire recibiera cantidades desorbitadas de premios (incluyendo 8 Oscar), ya que, como comenté, aunque contaba una historia cruda de contundente denuncia social, no creo que fuera la maravilla que unos cuantos alababan.


En cambio, en esta ocasión no podría estar más satisfecho con 127 Horas. Al igual que le sucediera a Rodrigo Cortés en Buried, Danny Boyle se enfrenta a una serie de dificultades técnicas para plasmar en la gran pantalla la lucha de su protagonista, para lo cual hace un asombroso ejercicio de estilo narrativo empleando numerosos primeros planos, encuadres incómodos, pantallas divididas, cámara subjetiva, una fuerte herencia del mundo publicitario y del videoclip además de, cómo no, un montaje aceleradísimo; todo ello al servicio del guión que firman Simon Beaufoy y él mismo.

Semejante despliegue narrativo dota a la película de un ritmo frenético que ayudará a los espectadores a acompañar al protagonista en su hazaña, a lo cual también contribuyen la preciosa fotografía de los desoladores paisajes de Utah y la banda sonora de A. R. Rahman. Esta última puede resultar un tanto estridente por momentos, pero se adapta a lo que vemos en pantalla y mezcla con eficacia composiciones propias de toques indios con temas de Dido o Sigur Rós.


Aunque aparezcan brevemente Kate Mara y Amber Tamblyn (Martha Masters en House), el protagonista absoluto es James Franco, quien soporta sobre sus hombros gran parte del peso de la película. Este joven actor llamó la atención del público con su retrato del torturado Harry Osborn en la saga Spider-man, y en 127 Horas ofrece una interpretación repleta de fuerza, que lleva a los espectadores a empatizar con su personaje en el infierno que está viviendo (prácticamente toda la sala estaba en vilo y sufría con él). Además, nos regala unas cuantas secuencias memorables, como la del programa de radio (con toques dignos del mismísimo Robert De Niro) o el glorioso tramo final.


127 Horas te atrapa desde el principio y no te deja escapar hasta el último minuto, emocionando durante su metraje y haciéndote partícipe del sufrimiento y el delicado momento que atraviesa el protagonista. Sin duda, uno de los títulos más interesantes de esta temporada de premios que supone la consagración de un gran actor.

lunes, 7 de febrero de 2011

Nuevo Aspecto

Con motivo de la celebración del tercer aniversario de este blog, el amigo Néstor, del más que recomendable El Cine de Hollywood, tuvo la gentileza de dedicarme estas palabras:

"Respondiendo a tu invitación te diré que tu blog es fantástico y como ferviente seguidor creo que vas por un camino muy satisfactorio. Tu enorme conocimiento del mundo de los cómics te convierte en una auténtica referencia. Y tu aportación en el terreno cinéfilo es poco más que imprescindible. Tenemos un gusto cinéfilo muy parecido y es un lujazo poder disfrutar de tus visiones sobre las películas recientemente estrenadas.

Todo está muy bien, en el caso de que quisieras hacer algún cambio coincidiendo con este blogoaniversario, podrías cambiar de plantilla para el blog e incorporar alguno de los nuevos diseños que han propuesto en Blogger. Pero el tema del diseño formal siempre es secundario al contenido. Y tus contenidos son excelentes."

Muchísimas gracias.


Dicho y hecho. What's the rumpus? cambia de aspecto con nuevas plantilla y cabecera, además del fondo que podéis ver sobre estas líneas (¿alguien se atreve a reconocer quién es quién?). Espero que os guste y que dé pie a que el blog siga mejorando y creciendo poco a poco.

jueves, 3 de febrero de 2011

RED: Reducida y Escasa Diversión

Hace un tiempo comenté mis impresiones tras leer RED, cómic de Warren Ellis y Cully Hamner bastante esquemático en su planteamiento y desarrollo. Además, me llevé la sensación de que la venidera adaptación cinematográfica se alejaría bastante del tono original, pero me llamaba la atención por el reparto involucrado.


Después de un inesperado retraso y una nominación al Globo de Oro a la mejor comedia o musical, RED se estrenó para corroborar lo que muchos nos temíamos: tan sólo se parece al cómic en su planteamiento inicial, en presentarnos a un ex-agente de la C.I.A. que se ve obligado a volver a entrar en acción cuando la propia agencia intenta eliminarle por los secretos confidenciales que pueda revelar.

Esto no hubiera sido un inconveniente si la película de Robert Schwenke hubiera mantenido el ritmo de la primera hora de metraje, en la cual toma el cómic como punto de partida para desarrollar una comedia de acción con un frenético montaje y una divertida banda sonora. Sin embargo, según se acerca la mitad del filme, el ritmo conseguido se desploma, el guión pierde el poco gancho que tenía, disminuyen los momentos cómicos y los personajes deambulan de un lugar para otro sin saber muy bien por qué. El villano se hace bueno, desaparece uno de los supuestos protagonistas sin importarle a nadie, desconocemos los motivos del nuevo malo de turno y todo termina con un final previsible y anticlimático a más no poder.



Una pena reunir a un reparto excepcional para la ocasión y que luego esté desaprovechado en una trama tan pobre. Bruce Willis se pasea por la película poniendo la misma expresión socarrona que el "Señor Iglesia" de The Expendables, la presencia del gran Morgan Freeman casi puede considerarse un cameo, Mary-Louise Parker interpreta a una dama en apuros de excéntricas reacciones y nadie sabe muy bien qué pinta en todo esto el personaje de Karl Urban. Por suerte, Helen Mirren y Brian Cox protagonizan momentos simpáticos, aparecen brevemente Richard Dreyfuss y Ernest Borgnine y el personaje pasado de rosca de John Malkovich es el que más carcajadas produce a los espectadores.



Queda la sensación de que RED prodría haber dado mucho más de sí. Aunque entretenga por momentos, lo más destacable termina siendo la posibilidad de ver tantas caras conocidas compartir plano.