viernes, 29 de julio de 2011

Paul: Pegg & Frost contraatacan

Clive y Graeme, dos grandes amigos que aspiran a convertirse en autores de ciencia-ficción, realizan el viaje de sus sueños cuando asisten a la Comic-Con de San Diego y acto seguido visitan distintos lugares de Estados Unidos emblemáticos en el terreno de la ufulogía, como el Área 51 o The Black Mailbox. Lo que en absoluto esperaban es que conocieran a un verdadero alienígena de nombre Paul y que se vieran obligados a ayudarle a regresar a casa mientras los hombres de negro les pisan los talones.

Después del enorme éxito de Shaun of the Dead (2004) y Hot Fuzz (2007), que homenajeaban al género de los muertos vivientes y al policíaco, respectivamente; el dúo formado por Simon Pegg y Nick Frost se reúne de nuevo para protagonizar y escribir Paul, película que hace lo propio con la ciencia-ficción. Resulta curioso que para la ocasión se hayan juntado representantes de las denominadas "Nueva comedia británica" (a la que pertenecen Ricky Gervais, Edgar Wright y los mencionados Pegg y Frost, entre otros) y "Nueva comedia americana" (de la que forman parte el omnipresente Judd Apatow, Leslie Mann y Seth Rogen), dando como resultado una interesante mezcla de estilos en la que, por fortuna, predomina el sello de los dos británicos. Tras la cámara se encuentra Greg Mottola, responsable de Superbad y Adventureland, quien hace justicia al guión de Pegg y Frost y ofrece a los espectadores una divertida película que mezcla comedia de situación con ácidas ironías y un buen ritmo, si bien se echan en falta el montaje frenético, la sangre y los Cornettos de los títulos dirigidos por Edgar Wright (quien no pudo colaborar aquí debido a su trabajo en Scott Pilgrim vs. the World).

Camino a la Comic-Con
Uno de los puntos fuertes de Paul es la cantidad de homenajes, guiños y referencias a emblemáticas películas de ciencia-ficción, lo cual demuestra el respeto que sienten  hacia ellas y la influencia que han supuesto para los dos guionistas. Así, más de una sonrisa de complicidad se dibujará en los rostros de los espectadores en cuanto detectemos alusiones a Alien, Depredador, Star Wars, Star Trek, Men in Black, Expediente X, y buena parte de la filmografía de Steven Spielberg (quien se reserva una sorpresa en Paul), como E.T., Encuentros en la Tercera Fase, e Indiana Jones.


El reparto está formado por cómicos de todo tipo, desde Kristen Wiig y Bill Hader (provenientes del programa Saturday Night Live) al conocido actor Jason Bateman, incluyendo al habitualmente cansino Seth Rogen, que no desentona demasiado prestando su voz, movimientos y humor escatológico al alienígena Paul. Destacan los cameos de Jeffrey Tambor (padre de Alan en The Hangover), John Carroll Lynch (el barbero de Gran Torino), Jane Lynch (Sue Sylvester en Glee), Blythe Danner (la esposa de Robert De Niro en la saga Los padres de ella), y Sigourney Weaver; y, cómo no, Simon Pegg y Nick Frost se sienten muy cómodos en los papeles protagonistas a la vez que reflejan a la perfección la inmensa amistad que los une tanto dentro como fuera de la pantalla.


Aunque falte Edgar Wright y sobre Seth Rogen, Paul resulta una comedia divertida y recomendable (especialmente en versión original, por el contraste entre la pareja británica y el terreno americano) que gustará por igual a los amantes de la ciencia-ficción y a quienes quedaron sorprendidos por el talento del dúo Pegg-Frost.

martes, 26 de julio de 2011

¡Conviértase en superhéroe!

Por contradictorio que parezca, para ser un superhéroe no se necesitan poderes o habilidades especiales, tan sólo hace falta una voluntad férrea en la dura lucha contra el crimen... o no. Cómics como The Spirit, Batman y Watchmen han explorado las implicaciones que podría tener convertirse en justiciero enmascarado para un humano corriente, sin accidente radiactivo ni anillo alienígena de por medio.


Como era de esperar en el actual boom de adaptaciones de cómics superheroicos, este tipo de historias no tardaron en llegar a la gran pantalla. Éste es el caso de Kick-Ass, reciente cómic de Mark Millar y John Romita Jr. que narra cómo un joven estudiante decide emular a Spider-man y luchar contra los delincuentes, y que en 2010 fue llevado al cine por el director Matthew Vaughn en una disparatada y divertida película. Algo parecido ha ocurrido con dos títulos de temática similar pero de escasa distribución: Super (2010) y Defendor (2009).

El primero de ellos, Super, nos presenta a Frank, un apacible buen ciudadano de pasado traumático que ve cómo su vida se desmorona cuando su esposa se fuga con un conocido traficante local. Ante esta situación, Frank opta por convertirse en Crimson Bolt, el nuevo justiciero callejero que pondrá en orden el vecindario y rescatará a su mujer, cueste lo que cueste. Escrita y dirigida por James Gunn (guionista de Amanecer de los muertos), Super mezcla sin éxito comedia de situación con una parodia de los superhéroes, pero desafortunadamente las escenas ingeniosas son escasas y muy pronto dan paso a una sucesión de violencia gore, bromas subidas de tono, y revelaciones "divinas" que entorpecen el desarrollo de la historia y las interpretaciones de los actores. Del reparto destaca Rainn Wilson (Dwight en The Office) como el introvertido y torturado protagonista, a quien acompañan una histriónica y sobreactuada Ellen Page y las breves apariciones de Liv Tyler, Kevin Bacon (interpretando una vez más al villano), y el gran Nathan Fillion.

Aunque a primera vista comparta premisa argumental con Super, Defendor abandona en seguida los toques de comedia para adentrarse en el drama que vive el protagonista, Arthur Poppington, un inadaptado que se fabrica su propio disfraz y lucha contra el tráfico de drogas en su ciudad con la intención de proteger a los inocentes. Escrita y dirigda por el actor canadiense Peter Stebbings, a Defendor le cuesta arrancar y funcionar en su conjunto como película, si bien consigue dejar a los espectadores con alguna escena divertida, otras de cierta carga dramática y un logrado final que denuncia la corrupción y decadencia presente en el mundo urbano a la vez que homenajea la labor de los héroes anónimos. Encabezan el reparto el siempre interesante Woody Harrelson (en un papel alejado de su Tallahassee en Zombieland) y una sosa Kat Dennings (la estudiante de Jane Foster en Thor), y les acompañan en pequeños papeles Elias Koteas (El curioso caso de Benjamin Button), Sandra Oh (Entre copas) y el formidable secundario Michael Kelly (Destino Oculto).

Parece que grandes superhéroes como Iron Man, Thor, o Green Lantern también inspiran a los justicieros urbanos a dar el salto al cine. ¿Quién será el próximo?

jueves, 21 de julio de 2011

Harry Potter y las reliquias de la muerte: El final de la saga


Después de los trágicos sucesos ocurridos en Hogwarts al final del sexto curso, Harry, Ron, y Hermione deciden no volver a la escuela de magia y hechicería en su séptimo año. En su lugar emprenden un viaje por todo el Reino Unido buscando los Horrocruxes, objetos en los que Lord Voldemort ocultó parte de su alma para hacerse inmortal. Mientras tanto, las fuerzas del Señor Tenebroso aumentan su poder y control en el Ministerio de Magia, preparándose para atacar a los últimos miembros de la resistencia fieles a Albus Dumbledore y Harry Potter.

A pesar de su innegable éxito en taquilla, las adaptaciones de las novelas de Harry Potter al cine no siempre han agradado por completo a los seguidores de las aventuras del joven aprendiz de mago. Tras dos entregas iniciales de corte familiar dirigidas por Chris Columbus y una tercera parte más oscura obra de Alfonso Cuarón, la franquicia cayó en manos de los directores Mike Newell y definitivamente de David Yates, quien mantuvo el tono oscuro pero hizo que la saga perdiera fuerza a nivel argumental, tocando fondo con Harry Potter y el misterio del príncipe, sexta entrega que dejaba a un lado la trama principal para centrarse en una insulsa comedia romántica de adolescentes, asemejándose por momentos a la horrenda Crepúsculo (no es coincidencia que su primera parte acabara de estrenarse con un éxito más que notable).


Con la intención de recaudar lo máximo posible y narrar con todo detalle el fin de la batalla contra las fuerzas de Lord Voldemort, la última entrega, Harry Potter y las reliquias de la muerte, se dividió en dos partes de dos horas y diez minutos de duración. La primera de ellas, estrenada a finales de 2010, no se anda con rodeos y nos presenta a los tres protagonistas huyendo de sus enemigos, cada vez más numerosos, y buscando la manera de acabar con Quien-no-debe-ser-nombrado al mismo tiempo surgen dificultades entre ellos. 

Estrenada el 15 de julio, la segunda parte retoma la historia justo donde se quedó y conduce a los espectadores hacia la batalla final a un ritmo trepidante. Intensifica todavía más la atmósfera oscura presente en anteriores entregas, retoma escenarios familiares y alterna escenas de acción y pirotecnia con conversaciones en las que se revelan detalles fundamentales para la trama. Sin embargo, los personajes secundarios apenas hacen acto de presencia, por lo que quedan unos cuantos cabos sueltos; además de que la rápida sucesión de escenas provoca que algunas pierdan el toque épico o emotivo necesario. Aun así, el guionista Steve Kloves y el director David Yates (quien imita los barridos aéreos del gran Peter Jackson para narrar las batallas) ofrecen una adaptación bastante fiel al libro, una película muy entretenida y un digno final para la saga cinematográfica.


Destaca la dirección artística, con los escenarios habituales ahora en ruinas, mientras que la banda sonora del compositor en alza Alexandre Desplat cumple y refleja el tono de cada secuencia, además de que por fin se dignan en recuperar las ya míticas composiciones del maestro John Williams, las cuales parecían haber olvidado en entregas anteriores. Respecto al reparto, del trío protagonista destaca especialmente Daniel Radcliffe, quien interpreta con convicción a Harry en sus momentos más difíciles, cuando deberá enfrentarse a su némesis y demonios interiores él sólo. Le acompañan los convincentes Rupert Grint (Ron) y Emma Watson (Hermione), junto a una serie de personajes secundarios que hacen un mero acto de presencia y apenas dan la oportunidad de lucirse a los grandes actores británicos que los interpretan: Michael Gambon (Dumbledore), Maggie Smith (McGonagall), Alan Rickman (Snape), Warwick Davis (Griphook), John Hurt (Ollivander), Emma Thompson (Trelawney), Jason Isaacs (Lucius Malfoy), Helena Bonham-Carter (Bellatrix Lestrange), David Thewlis (Lupin), Gary Oldman (Sirius Black), Timothy Spall (Colagusano), y hasta aparece Kelly MacDonald (Helena Ravenclaw). Eso sí, quien sigue sin convencerme es Ralph Fiennes como Voldemort, pues, a pesar del elaborado maquillaje y de su voz sibilante, creo que no consigue aportar al villano la presencia que el Señor de las Tinieblas necesitaría.


Como sucediera con las novelas, llegó la hora de despedirse de la saga cinematográfica de Harry Potter tras diez años en los que hemos podido disfrutar de sus exitosas entregas, adentrándonos en un mundo mágico en el que casi todo era posible. La segunda parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte nos invita de nuevo a acompañar a los tres jóvenes magos en su lucha contra el mal, resultando una película sumamente entretenida y un digno final para unos personajes que nos acompañarán mucho tiempo.

domingo, 17 de julio de 2011

American Gods, de Neil Gaiman


Después de pasar tres años entre rejas, Sombra sale de la cárcel para descubrir que el mundo que conocía ha desaparecido. Justo entonces encuentra a Wednesday, un anciano barbudo que lo contrata como hombre de confianza en su gira por los rincones olvidados de Estados Unidos. En sus viajes, Sombra averiguará que los antiguos dioses nórdicos, celtas, egipcios e indios vinieron a América cuando aquellos que los veneraban emigraron, y que ahora han entrado en conflicto con las nuevas deidades surgidas de las tecnologías de la información. La guerra se aproxima, y Sombra deberá decidir en qué bando se posiciona.

Publicada hace diez años, American Gods es la cuarta novela de Neil Gaiman, que consiguió entrar en la lista de los libros más vendidos de The New York Times y ganó numerosos galardones, entre ellos los premios Nébula y Hugo de ciencia ficción, reportando enormes beneficios a su autor y permitiéndole cultivar el género en el que ha seguido escribiendo hasta la actualidad.

A pesar del éxito que la precedía, American Gods no me ha convencido lo más mínimo. Para empezar, la novela se construye en torno a un personaje poco (o nada) atractivo, el impasible Sombra, que no tiene ninguna peculiaridad más allá de hacer trucos con monedas y que en ningún momento toma una decisión o sale airoso de un conflicto gracias a su determinación. Este misterioso protagonista se ve envuelto en una trama que no arranca en ningún momento y que implica a las deidades de mitologías como la nórdica, la egipcia, la eslava o la norteamericana; dioses que apenas hacen acto de presencia y huyen de la brillantez con que el escritor británico ha utilizado el folclore en otros trabajos. Gaiman emplea, sin éxito, técnicas narrativas propias de escritores superventas como Stephen King o Ken Follet, por lo que no encuentra su propia voz y da lugar a una narración bastante pobre y vacía, sobre todo porque la crítica que plantea al consumismo y la inmediatez de los medios de comunicación actuales no pasa de ser un mero esbozo que deja paso a situaciones ridículas de las que el protagonista sale airoso gracias a soluciones mágicas de última hora, es decir, deus ex machina al poder.


Ni siquiera el final previsible, absurdo y anticlimático de la novela consigue despertar el interés de los lectores, quienes lo tendrán bien difícil a la hora de emocionarse y zambullirse en el universo a medio construir que propone este libro. En definitiva, American Gods resulta una novela pobre, aburrida, repetitiva en las situaciones que plantea y alejada de otros sensacionales trabajos de Neil Gaiman como las más que recomendables Coraline y El libro del cementerio.

*Recientemente, el canal HBO manifestó su interés en realizar una serie de televisión inspirada en la novela. Espero que se centre en explorar y desarrollar las posibilidades del mundo de American Gods y no tanto en su irrisorio argumento.

jueves, 14 de julio de 2011

Cars 2: Alto Espionaje


Después de ganar varias ediciones consecutivas de la Copa Pistón, Rayo McQueen regresa a Radiator Springs para encontrarse con sus amigos y un nuevo desafío: competir en el Grand Prix Mundial y demostrar la eficacia del biocombustible Allinol. Mientras recorre espectaculares paisajes en el torneo, su amigo Mate se ve envuelto en una trama de espionaje internacional que a primera vista le viene demasiado grande. Por suerte, con la inestimable ayuda del espía británico Finn McMissile conseguirá desentrañar la misteriosa conspiración construida alrededor del mencionado combustible alternativo.
Tras cerrar la saga de los juguetes en 2010 con Toy Story 3, este año los estudios de animación Pixar apuestan por una nueva secuela, en esta ocasión la de las aventuras del coche de carreras Rayo McQueen y Mate, su amigo de gran corazón. A pesar de las críticas negativas que ha recibido, quedé más que sorprendido con Cars 2, película que se aleja de lo visto en su predecesora y nos plantea una trama de alto espionaje al más puro estilo de James Bond o Misión Imposible, filmes a los que homenajea. John Lasseter, uno de pioneros de Pixar, dirige junto a Brad Lewis una película repleta de espectaculares secuencias de acción, planificadas y filmadas con pulso de un modo brillante al que otros blockbusters no aspiran. A estos dos genios creativos les acompañan Ben Queen y Dan Fogelman escribiendo un guión que mezcla con ritmo escenas dedicadas al desarrollo de personajes con otras más explosivas (especialmente las centradas en el espía Finn McMissile) al mismo tiempo que encadena los distintos giros del argumento de una forma verdaderamente ingeniosa, involucrando a científicos alemanes, a la mafia italiana y a una conspiración por el control de las fuentes de energía en las aventuras de los protagonistas

Finn McMissile, al servicio de su Majestad
Ahora bien, comparada con las obras cumbre de los estudios de animación como Monstruos S.A., WALL·E o Up, hay que reconocer que en Cars 2 se echa en falta el "toque Pixar" que hace que distintos tipos de público puedan simpatizar fácilmente con los personajes. A esto contribuye que el protagonismo recaiga en la grúa Mate, de cuyas bromas fáciles y carácter bonachón se abusa en esta película hasta llegar a cansar a los espectadores en más de una ocasión. Posiblemente, por este motivo sea difícil que simpaticemos  instantáneamente con el mensaje de la película acerca de la amistad y el respeto por uno mismo (similar al propuesto en Toy Story).


Eso sí, la animación digital alcanza nuevas cotas de excelencia en Cars 2. Basta con comprobar las mencionadas frenéticas secuencias de acción o de carreras, la iluminación y texturas tanto de los personajes como de los escenarios que visitan; y por supuesto el nivel de detalle de cada plano, en los que se esconden guiños al mundo de Pixar como prueban la aparición del restaurante de Ratatouille y de la marca de neumáticos Lassetyre. Entre las virtudes de la película hay que destacar la prodigiosa banda sonora del siempre genial Michael Giacchino, quien en esta ocasión adapta su estilo a la velocidad presente en pantalla con cierto toque de espías e Infiltrados. Además, en la versión original podremos disfrutar de las voces de los actores Owen Wilson, el gran Michael Caine, Emily Mortimer y John Turturro.



Es cierto que da la sensación de no estar a la altura de las grandes obras del estudio, pero aun así Cars 2 ofrece un planteamiento distinto del de su predecesora (mientras que las secuelas de Toy Story recurrían a un esquema argumental similar) y resulta una divertida y sobre todo muy elaborada película de animación. Hora de calentar motores y adentrarse en una enrevesada trama de espionaje.

*Como es habitual, antes de la película se proyecta un cortometraje realizado por los estudios Pixar. Sorprende que en esta ocasión no se trate de una ingeniosa propuesta original, como los anteriores Parcialmente nublado o Day & Night, sino que sea Vacaciones en Hawai, un pequeño sketch protagonizado por los protagonistas de Toy Story después de lo sucedido en la tercera entrega. Aunque divierte ver a Woody y Buzz de nuevo, se echa en falta el soplo de aire fresco que representaban cortos anteriores.

lunes, 11 de julio de 2011

Boardwalk Empire: Empieza la Prohibición


Año 1920. Nada en Atlantic City escapa la atenta mirada de Enoch "Nucky" Thompson, gángster, tesorero y dirigente en las sombras del patio de recreo de Norteamérica. Cuando el Acta de Volstead, conocida como Ley Seca, es aprobada, Nucky encuentra una nueva y rentable actividad con la que llenarse los bolsillos: el contrabando de bebidas alcohólicas desde Canadá. Como en todo negocio, Nucky encontrará duros e inesperados competidores interesados en obtener beneficios, por lo que deberá reforzar su autoridad y demonstar quién manda en su ciudad.


Estrenada a finales de 2010, Boardwalk Empire se convirtió, junto a The Walking Dead, en una de las series más aclamadas del año, asegurando una segunda temporada gracias a las inmejorables audiencias y críticas obtenidas, además de alzarse con múltiples galardones, entre ellos los Globos de Oro a Mejor Serie Dramática y Mejor Actor Protagonista de ficción televisiva. Producción de la prestigiosa cadena HBO, Boardwalk Empire surgió de la mente de Terence Winter, guionista de Los Soprano, tomando como punto de partida la novela homónima de Nelson Johnson. De inmediato, el canal de televisión apoyó el proyecto, invirtiendo millones de dólares en la recreación de los escenarios y el vestuario y contando con la ayuda como productores de Mark Wahlberg, Martin Scorsese (quien dirigió el episodio piloto) y Tim Van Patten, experto director televisivo.

Margaret & Nucky
Los doce episodios que componen la primera temporada nos presentan a los personajes, sus motivaciones y problemas; al mismo tiempo que desarrollan un conflicto principal que queda cerrado en el capitulo final junto a varias subtramas que continuarán en próximas entregas de la serie. De marcado carácter coral, Boardwalk Empire gira en torno a los negocios y dificultades personales de Nucky Thompson, a la vez que dedica metraje a aquellos que de una forma u otra están vinculados al tesorero de Atlantic City, aparte de que se presentan los orígenes de ciertos personajes que controlarán el crimen organizado en los años 30 y que tantas veces han sido retratados en el cine (Al Capone, "Lucky" Luciano, o Meyer Lansky), así como del futuro F.B.I.

Jimmy, Al Capone y Johnny Torrio en Chicago
 Como producción de HBO, Boardwalk Empire presenta un desarrollo lento pero constante, con capítulos de ritmo pausado, escenas viscerales y una ambientación prodigiosa que nos sumerge de lleno en la Atlantic City de los años 20 (incluso la banda sonora está compuesta por canciones de la época). Además de los mencionados Scorsese y Van Patten, otros directores como Brad Anderson se han encargado de dar a la serie un toque cercano a las películas del mencionado director neoyorkino, incluyendo también influencias de títulos como Los Intocables de Eliot Ness o de El Padrino (especialmente en las escenas en que hay que "deshacerse" de alguien).

Los agentes federales se preparan para una redada
Dado su carácter coral, la serie cuenta con un reparto muy amplio, en el que destacan las interpretaciones de Michael Stuhlbarg (Arnold Rothstein), Vincent Piazza ("Lucky" Luciano), Shea Wingham (Eli Thompson, hermano del protagonista), y Michael Kenneth Williams ("Chalky" White), además de los brillantes Michael Shannon (Agente Federal Nelson Van Alden), Stephen Graham (genial Al Capone), Jack Huston (el inquietante Richard Harrow) y Kelly MacDonald como Margaret, personaje de doble filo. Tal vez los que menos convenzan sean Michael Pitt como Jimmy Darmody, personaje sin mucha fuerza que promete crecer en próximos capítulos, y Paz de la Huerta en un rol un tanto exagerado. Eso sí, quien hace la serie suya es el gran Steve Buscemi, que consigue un papel protagonista después de habernos acostumbrado a verle como secundario y que aquí está inmenso como Nucky Thompson, un personaje complejo y torturado, mitad gángster, mitad político, que no tolerará que nadie cuestione su autoridad.


Sinónimo de calidad en todos los aspectos, Boardwalk Empire nos sumerge de lleno en una década convulsa en la cual, como muestra su fantástica cabecera, se avecina una gran tormenta que pondrá a prueba a los personajes. Bienvenidos a la era de la Prohibición. Hagan sus apuestas en Atlantic City.

miércoles, 6 de julio de 2011

The Hangover Part II (Resacón 2)

Dos años después de su aventura en Las Vegas, Alan, Phil, Doug y Stu se reúnen con motivo de la boda de este último, quien se casará en unos días en la exótica Tailandia. Lo que en un momento era un placentero viaje cambia de la noche a la mañana cuando "la manada" se despierta en un hotel de Bangkok sin recordar nada de lo sucedido en las últimas horas y descubre que Teddy, hermano de la prometida de Stu, ha desaparecido sin apenas dejar rastro. Con el tiempo en su contra, los "tres mejores amigos del mundo mundial" recorrerán las calles de la capital tailandesa, se encontrarán con viejos conocidos y tratarán de averiguar qué sucedió la noche anterior y dónde está Teddy para llegar a tiempo a la boda.

El mayor éxito del verano de 2009 fue para The Hangover, película que con un moderado presupuesto, actores semidesconocidos y un elaborado y alocado guión consiguió convertirse en la comedia más taquillera de todos los tiempos, gustando por igual a público y crítica (se alzó con el Globo de Oro a la mejor comedia). Gracias a su enorme repercusión, las puertas a nuevos proyectos se abrieron para sus protagonistas (Bradley Cooper y Zach Galifianakis son dos de los actores del momento, Ed Helms avanza como cómico y Ken Jeong hace de las suyas en la serie Community) mientras que su director, Todd Phillips, tenía ocasión de filmar otra comedia de estilo similar (Due Date) y de planear, junto a los guionistas Craig Mazin y Scott Armstrong, el regreso de Phil, Stu, y Alan en la secuela de The Hangover, que prometía mantener el nivel de su predecesora.


Así ha sido: The Hangover Part II (guiño a la segunda parte de El Padrino incluido en el título) ofrece a los espectadores aquello que hizo triunfar a la primera entrega hasta el punto de que sigue un esquema similar,  prácticamente idéntico, por lo que tenemos a uno de los amigos a punto de casarse, una resaca descomunal tras la que no recuerdan nada de lo que pasó la noche anterior, la búsqueda de un miembro del grupo desaparecido siguiendo pistas que guían a otras pistas, la intervención del señor Chow y de cierto animal, la canción de Stu, un giro final que iluminará a los protagonistas cuando la desesperación los invada, y las reveladoras fotos en los créditos. Eso sí, con el lógico aumento de presupuesto respecto a la primera parte, la acción se desarrolla en Tailandia, con exóticos escenarios en los que se perderán los protagonistas y una variada banda sonora.

The Hangover Part II mantiene el humor corrosivo y desenfadado de su predecesora a la vez que ofrece gags más brutos si cabe con un ritmo trepidante, por lo que gustará tanto a los aficionados a la comedia como a los que quedaron encantados con su primera entrega (de hecho se incluyen numerosas referencias a lo que pasó hace dos años). El único inconveniente es que se pierde el factor sorpresa que hizo que The Hangover triunfara en 2009 y destacase frente a otras comedias mucho más simples y estúpidas; pero tampoco debemos extrañarnos, pues la fórmula funciona y la película divierte aunque no nos sorprenda tanto como la ya mítica noche que pasaron los protagonistas en la ciudad del pecado.


Hablando de los protagonistas, los tres están muy cómodos en unos papeles que han hecho suyos, tanto Bradley Cooper como Phil el guaperas, Ed Helms en la piel del desesperado Stu y sobre todo Zach Galifianakis interpretando al excéntrico y desternillante Alan, personaje que se explota bastante en esta película ya que fue el que más carcajadas desató en la primera entrega. Les acompañan, con los personajes a los que ya dieron vida en The Hangover, Ken Jeong, Justin Bartha, Jeffrey Tambor y Mike Tyson en una aparición estelar, a quienes se unen Jamie Chung (Sucker Punch) y Paul Giamatti (el inspector Uhl de El Ilusionista) con pequeñas intervenciones. Resulta chocante que desaparezca el personaje de Heather Graham de la primera parte y que no se incluyese en el montaje final el anunciado cameo de Liam Neeson.

¿Tracy? Soy Phil...
A pesar de no ser tan refrescante como su predecesora, The Hangover Part II entretiene durante todo su metraje y sigue el patrón marcado por la comedia estrella de 2009, por lo que animará los días de verano y hará las delicias de los seguidores de este peculiar grupo de amigos. Con el éxito que está cosechando, no es de extrañar que Todd Phillips y los productores ya se planteen una tercera entrega.