domingo, 27 de octubre de 2013

Temporada de series 2013

Tras un parón inesperado, intentamos retomar la actividad del blog, de modo que en los próximos días volverán las reseñas de cómics, películas y series, y algún que otro artículo especial. De momento, hoy regresamos con un repaso rápido al arranque de la temporada televisiva 2013/2014, justo cuando se cumple un mes del estreno de las nuevas temporadas de las ficciones estadounidenses. De momento, es innegable que Breaking Bad ha dejado un vacío que tardará tiempo en llenarse con nuevas e interesantes series, así que, hasta que llegue ese momento, echemos un vistazo al regreso de viejas conocidas primero, y después a los nuevos estrenos.


*Cómo conocí a vuestra madre, Novena temporada: Se acaba el tiempo para Ted Mosby y su grupo de inseparables amigos. La inesperada novena temporada ha llegado para poner punto final a una serie que desgastó y sobreexplotó su fórmula hace ya unos años. Aun así, la última entrega nos ofrece algunos puntos divertidos de Barney o gags desternillantes como el relacionado con Indiana Jones y la última cruzada. Se echan de menos los escenarios habituales, como el pub de MacLaren's, pero resulta curioso que toda la temporada se desarrolle en un fin de semana, y también pide más tiempo en pantalla el personaje de Marshall, pues Jason Segel es uno de los actores que afirmaban estar más cansados con su trabajo en la serie. Ahora que ya conocemos a la madre, si nos dan un final digno y coherente podremos estar satisfechos.


*The Walking Dead, Cuarta temporada: Las desventuras de Rick, Carl, Michonne y compañía poco se parecen ya a las historias que nos cautivaron en el cómic de Robert Kirkman y Charlie Adlard. Tras mejorar considerablemente en su tercera temporada, ahora nos encontramos a una comunidad de supervivientes fortalecidos en la prisión que deben enfrentarse tanto a amenazas internas como externas, incluyendo un nuevo virus. Se espera con ganas el regreso del Gobernador y sorprende la incorporación de Tyrese a estas alturas. Eso sí, la ficción de la AMC sigue siendo un récord de audiencias sin precedentes para la televisión por cable y Robert Kirkman ya ha anunciado un spin-off ambientado en el mismo universo. Por mi parte, el personaje de Daryl me parece la mejor aportación que ha hecho la serie, y espero con ganas el siguiente tomo recopilatorio del cómic, que celebra los diez años desde su modesto comienzo.


*The Crazy Ones: Robin Williams aparca el cine para volver a la televisión junto a Sarah Michelle Gellar (a quien no le ha ido demasiado bien desde los tiempos de Buffy) en esta comedia acerca de un padre y de su hija que trabajan juntos en la misma agencia de publicidad. La serie no aporta demasiado, como le sucedía a Dos chicas sin blanca, también de la CBS, más allá de las ocurrencias de Williams, con quien se lo deben de pasar en grande durante los rodajes, tal y como prueban las tomas falsas.


*The Michael J. Fox Show: La leyenda vuelve al medio en el que comenzó con series como Lazos de familia. Tras retirarse del mundo de la interpretación debido a la enfermedad de Parkinson que padece, sólo pudimos seguir viendo al mítico Marty McFly en pequeñas y esporádicas apariciones en series como Curb Your Enthusiasm o, más recientemente, en The Good Wife. Pues bien, Michael J. Fox nos sorprendió a todos al presentar su nuevo proyecto el pasado mes de junio: una serie dedicada a un periodista estrella que se retiró debido al Parkinson y que ahora vuelve al trabajo con el apoyo de toda su familia. Todo un ejemplo de superación. Como comedia no es demasiado rompedora, no estamos ante Modern Family o The Office, pero sí que nos deja con una sonrisa en la cara gracias a su humor amable, un reparto acertado y al buen hacer de J. Fox, además de que cuenta con la presencia de Betsy Brandt (Marie en Breaking Bad).


*Agents of SHIELD: Sin duda una de las más esperadas, tras un piloto llamativo, Joss Wheond y sus habituales colaboradores nos han dejado con un procedimental policíaco que dista poco de lo ya visto en series como Castle o Hawai 5.0. Tenemos a un equipo de personajes variopintos, que incluyen a un duro Navy Seal, una hacker graciosilla, una experta en artes marciales y un par de científicos británicos, enfrentándose a amenazas relacionadas con la emergente comunidad superheroica, los vestigios del Teseracto y del suero Extremis. Se agradecen las conexiones con lo sucedido en Los Vengadores o en Iron Man 3, y por supuesto los cameos de Nick Furia y María Hill, pero la serie puede aspirar a mucho más bebiendo del rico universo en que se basa. Esperemos que las tramas se empiecen a complicar, hagan acto de presencia Hydra y otros villanos clásicos y que se resuelvan las incógnitas relacionadas con el regreso de Coulson (el papel de Clark Gregg es de lo más destacable de la serie hasta ahora).

Todavía es pronto para juzgarlas, además de que faltan muchas más series por llegar a nuestras pantallas. Ansiosos esperamos los regresos de Rasing Hope, Juego de tronos, House of Cards, The Newsroom, o Ray Donovan, y especialmente la tercera temporada de Sherlock y el estreno de True Detective, protagonizada por el actor del momento (de quien pronto hablaremos por aquí): Matthew McConaughey en estado de gracia.



Y vosotros, ¿qué series seguís? ¿Cuáles esperáis con más ganas?

lunes, 7 de octubre de 2013

Breaking Bad: Ascenso y caída de Walter White

Cuando le diagnostican un cáncer de pulmón, un apocado profesor de química de un instituto de Nuevo México decide dar un cambio radical a su vida. En aquel momento, los espectadores no éramos capaces de intuir el camino que seguiría la serie que comenzaba de este modo y que concluyó el pasado 29 de septiembre tras cinco temporadas, convirtiéndose en un fenómeno mediático y cerrando un nuevo capítulo en la actual Edad de Oro de la ficción televisiva.


Hablando de fenómenos mediáticos, precisamente desde que descubrí y seguí otro de ellos, la serie Perdidos de JJ Abrams y compañía, no me había sentido tan enganchado, emocionado, identificado y entusiasmado con una serie de televisión, y eso que la ficción serializada me encanta y me fascina por las infinitas posibilidades que ofrece como medio. Comencé a ver Breaking Bad cuando se estrenó en 2008, si bien la mezcla de comedia negra y género negro del piloto no me fascinó y no me impulsó a seguir viendo la serie. Varias temporadas después, animado por las recomendaciones y elogios que la serie recibía, decidí darle otra oportunidad, y entonces descubrí un mundo nuevo y quedé maravillado ante una historia rica, sorprendente y profunda.


Con medios que ya les gustaría tener a muchas de las películas actuales, da la sensación de que Breaking Bad podría tratarse de la serie que perfectamente podrían haber realizado los hermanos Coen por el cuidado a los detalles y el mensaje de su historia. En ella, se nos presenta a Walter White, un inteligente profesor de instituto que se ve reprimido por su entorno, su familia y sus amigos, y por lo que la sociedad del éxito y del consumo espera de él. Esto, sumado a las casualidades del destino, que siempre juegan un papel fundamental en la serie, llevan a Walt a adentrarse en el camino del crimen y usar su talento para "cocinar" la metanfetamina más pura del mercado, que distribuirá con la ayuda de Jesse Pinkman, con quien establecerá una compleja relación paternofilial de múltiples lecturas durante toda la serie.


A lo largo de sus cinco temporadas, presenciaremos los entresijos del submundo criminal de Albuquerque, las condiciones en que viven los adictos a la metanfetamina, la violencia de los cárteles mexicanos que operan a ambos lados de la frontera, el funcionamiento de los despachos de la DEA, y un profundo drama familiar en la línea de la mejor ficción estadounidense. Todo ello siempre acompañado por la evolución de Walter White y de su alter ego criminal, Heisenberg, quien experimenta un desarrollo similar al del protagonista de una de las mejores películas de la historia: el de Michael Corleone en El Padrino (no en vano, la serie contiene varios homenajes a la obra magna de Francis Ford Coppola). Así, Breaking Bad nos mostrará hasta qué punto es capaz de llegar un sencillo hombre inteligente con el fin de demostrar a los demás y sobre todo a sí mismo su valía, componiendo así un personaje ambiguo que camina sobre la delgada frontera entre la heroicidad y la villanía.


Vince Gilligan, el creador de la serie, ha contado con un equipo de lujo, empezando por los guionistas, que han sabido desarrollar la trama de forma comedida pero constante y coherente, manteniendo siempre la tensión ante las posibilidades de lo que fuera a suceder; y pasando por los directores (entre los que se encuentra el gran Rian Johnson, autor de Looper entre otras películas), la fotografía de Michael Slovis o la cuidada selección de canciones para la banda sonora, que incluye temas siempre adecuados a las circunstancias como Catch Yer Own Train, Crystal Blue Sensation, o la reveladora canción de cierre, Baby Blue. Y, por supuesto, hay que mencionar al reparto, siempre acertado y aportando pliegues al carácter de los personajes que interpretan los inolvidables Dean Norris, Betsy Brandt, Giancarlo Esposito, Bob Odenkirk, Jonathan Banks, Anna Gunn, Aaron Paul (uno de los descubrimientos de la serie, sin duda), y, por encima de todos, Bryan Cranston, que ofrece una interpretación sentida y prodigiosa como Walter White que le hace merecedor de los todos los halagos posibles, ¿quién esperaba algo así del padre de Malcolm?


Llegó la hora de despedirnos de Breaking Bad tras un cierre perfecto que ata los cabos sueltos y es fiel al tono general de la serie, sin que nada se les vaya de las manos a sus responsables. Quedan para el recuerdo momentos irrepetibles como el enfrentamiento contra Tuco, las fanfarronerías de Hank, el primer laboratorio en el interior de una vieja autocaravana, la muerte de Jane, la llegada de los gemelos asesinos, las reuniones en los Pollos Hermanos, la canción de Gale, los consejos de Saul Goodman, la infidelidad y las dudas de Skyler, el pulso de poder contra Gus Fring (uno de los villanos más terroríficos y mejor construidos de la televisión), las lecciones de Mike Ehrmantraut, el cártel de Don Eladio, la venganza del tío Salamanca, los negocios con Todd y los neonazis, y el fin del imperio de Heisenberg. 


Mientras disfrutamos de otras series de televisión y esperamos el estreno de alguna que llegue a semejantes niveles de calidad, sólo nos queda dar las gracias a Breaking Bad y a sus creadores por esta joya que nos ha cautivado y ha alimentado nuestra imaginación durante cinco temporadas. Hasta siempre, Heisenberg. Hasta siempre, Walter White. Hasta siempre, Breaking Bad.

Recordad su nombre.