domingo, 12 de octubre de 2014

The Walking Dead T4: Segunda parte

La comunidad de la prisión se ha disuelto, y sus integrantes vagan ahora sin rumbo aparente por un mundo plagado de caminantes no-muertos y de humanos todavía más peligrosos. Rick cree haber perdido a su familia, y sólo puede contar con su hijo Carl, quien se ha visto obligado a madurar de golpe. ¿Queda esperanza para los supervivientes?


Esta noche se estrena en Estados Unidos la esperada quinta entrega de The Walking Dead, la serie de la AMC basada en el exitoso cómic de Robert Kirkman, que en 2014 cumple diez años de vida. Nos toca, entonces, recordar qué panorama nos dejó el final de la anterior entrega: la derrota del Gobernador se saldó con la pérdida de personajes queridos y con el fin de la prisión. En la segunda mitad de la cuarta temporada, asistimos a varias historias paralelas que contaban el viaje de los distintos supervivientes hasta su reencuentro, dejándonos dos hechos destacables: el descubrimiento de la comunidad de Terminus y sus intenciones caníbales, y la entrada en escena del pintoresco trío formado por Abraham, Rosita y el científico Eugene, que prometen jugar un papel fundamental.


El tramo final de la cuarta temporada se basó así en los volúmenes 9, 10 y en el comienzo del 11 del cómic original, recogiendo la confianza que Rick deposita en su hijo y en Michonne, la contundente ejecución de dos jóvenes personajes, y el panorama rural desolado por el que deambulan los personajes. Hace tiempo que la serie decidió tomar un rumbo con notables variaciones respecto al cómic, y en este sentido sorprende el papel que están jugando personajes como Carol y Tyrese, en contraste con la ausencia de Andrea y Dale; y también la gran incorporación que supuso Daryl, uno de los personajes con más pliegues de la ficción.


Basta con echar un vistazo a su terrible segunda temporada para darse cuenta de que The Walking Dead no es una serie planeada al milímetro ni tan crítica o contundente como Breaking Bad, la joya de la cadena. Sin embargo, hay que reconocer que estamos ante un producto de entretenimiento televisivo de alta calidad, especialmente gracias a sus dos últimas temporadas. Se trata de una serie capaz de aprovecharse de las convenciones del género zombi (gore incluido) y de mantener el interés en el lado humano de los protagonistas, sus decisiones y viaje moral, como ya hicieran Robert Kirkman y Charlie Adlard en su obra magna. ¿Qué nos deparará la quinta temporada? La espera concluye en breve.


sábado, 4 de octubre de 2014

Ronda de reseñas: De inmigrantes, conductores y momentos de una vida

Comienza el último trimestre de 2014 y llega la época del año en que se estrenan buena parte de las películas más interesantes y distinguidas. Mientras esperamos con ganas el regreso de grandes cineastas con títulos como Perdida, Inherent Vice y Foxcatcher, hoy traemos tres películas bastante recomendables, cada una en su género.


The Immigrant llegó a las carteleras con una distribución irregular y un título tan vacuo como El sueño de Ellis. Estamos ante el nuevo trabajo de James Gray, interesante director estadounidense que escribe y dirige sus propios proyectos. En su breve carrera, Gray nos ha dejado pequeñas joyas marcadas por tensas relaciones familiares, las consecuencias del crimen, y los triángulos amorosos, además de por un estilo clásico y honesto que hemos disfrutado en La otra cara del crimen (The Yards), Two Lovers, y la que posiblemente sea su obra maestra, La noche es nuestra. En su nuevo trabajo, Gray narra la llegada de Ewa, una inmigrante polaca, a la Nueva York de los años 20, donde es repudiada por su familia y se ve obligada a vivir en las calles. Allí es extorsionada por Bruno, que la obliga a trabajar de prostituta si quiere volver a ver a su hermana, enferma de tuberculosis. La película resulta entretenida y destaca por su ambientación y la sordidez de los ambientes que retrata. La duración resulta algo excesiva, restándole contundencia a una historia en la que están presentes las tres constantes del cine de Gray; y se salva por la labor de dos granes actores: una sufrida Marion Cotillard y el habitual del director, Joaquín Phoenix, recuperado como gran intérprete gracias a este papel y al de la reciente Her. Les acompaña un correcto Jeremy Renner, cuyo personaje secundario no se luce tanto como sí hacía en The Town.


Vamos ahora con otro de los actores más destacados de la generación de Joaquín Phoenix. Nos referimos a Tom Hardy, intérprete británico que comenzó con un breve papel en la monumental serie Hermanos de sangre y que Christopher Nolan descubrió al gran público en Origen. Desde entonces ha alternado papeles en películas tan irregulares como Esto es la guerra o El caballero oscuro: La leyenda renace con su trabajo en pequeñas grandes películas que van afianzando su entrega interpretativa, como El topo y Warrior. Hardy regresa con fuerzas en 2014 con Locke, película escrita y dirigida por Steven Knight, guionista de la serie mafiosa británica Peaky Binders. La película cuenta con escasos recursos y narra, en tiempo real, el viaje en coche de un ingeniero a Londres. Gracias a las conversaciones que mantiene por el manos libres, descubriremos el motivo de su viaje, su pasado y las decisiones que le han llevado a cambiar el rumbo de su vida. Locke se alza como un ejercicio de estilo similar a Buried, una película de 90 minutos que mantiene el interés en un único personaje encerrado en un coche mientras emprende un viaje emocional. Un vehículo de lucimiento para Tom Hardy que le consagra como gran actor.


Si hablamos de viajes emocionales, no podemos pasar por alto Boyhood, una de las sorpresas del año. Se trata de la nueva obra de Richard Linklater, uno de los cineastas más influyentes que rondan el panorama independiente norteamericano (junto a Steven Soderbergh). Su carrera de dos décadas muestra una filmografía ecléctica e inquieta, en la que destacan la trilogía de Antes de... y clásicos generacionales como Dazed and Confused y Escuela de Rock. Linklater también es conocido por sus colaboraciones con compañeros tejanos como Ethan Hawke y el renacido Matthew McConaughey. En 2014 ha estrenado Boyhood, largometraje de tres horas que cuenta pinceladas de la vida de Mason desde los seis años hasta que es mayor de edad. Supone así un relato universal al mostrar momentos duros y claves en la vida de una persona, y también al combinarlos con maestría con las particularidades de crecer en el estado de Texas durante los últimos 12 años. En este aspecto destaca, por ejemplo, la cuidada selección de temas musicales en la película. El mérito de Boyhood es todavía mayor al haber sido rodada en tiempo real: mientras trabajaba en otros proyectos, cada año Linklater se reunía con el equipo de la película para rodar breves fragmentos, de modo que el paso del tiempo es todavía más realista. En el elenco sorprende la naturalidad de los debutantes Ellar Coltrane y Lorelei Linklater (hija del director), una recuperada Patricia Arquette y sobre todo el buen hacer de Ethan Hawke, que brilla cada vez que aparece en pantalla. Sin duda estamos ante una de las películas del año.
Ficha de la película.

Y a vosotros, ¿qué películas os han sorprendido gratamente?